Confesión

Hace como 30 segundos me dieron ganas de fabricar una especie de confesión. Algo así como tirar al aire todo lo que uno es, o lo que me atreva a decir de lo qu soy. Veremos.

Tengo que partir diciendo que soy un defensivo escéptico de la voluntad. Y aquí lo central no es ser esceptico, sino lo de defenderse: Me gusta, más de lo normal, sospechar de mi, de los demás y de la voluntad; no es que piense que son todos mentirosos o que me vayan a engañar (dejémosle eso a las Víctimas de las Delincuencia); sino que desconfío, más bien, de lo que no sabemos de nosotros mismos, de eso que se nos escapa; la razón de la obsesión no puede estar más clara. Desconfiar es una magistral manera de restarse de vivir. Lo hago estupendamente. Yo creo que alguien debería darme un premio, una nominación, o al menos nombrarme entre los ganadores de un año de emociones gratis.

También, en algún sentido, tengo que decir que esto es parte de aquéllo (pucha que hablo estupendamente complicado!). Quiero decir que el que yo piense que la voluntad humana es siempre un engaño, es una manera más de hacer que cosas como este post -y quizás todo el blog!- sean una artimaña para restarme de vivir la vida justo como se nos pega en la cara.

En fin. Partamos por lo básico. Primero, soy muy complicado. Pero creo que eso no es lo que me representa de manera más fiel. Decir que uno es complicado es un rodeo cínico para no decir que me siento (o deseo ser) único, irrepetible, maravilloso, un objeto brillante esperando a ser descubierto. Por eso tengo un blog. Y, descubierto ese escondite infantil, puedo decir que no soy nada más que una persona común. Alguien que todos los días se levanta de su cama, recuerda algunos de sus sueños mientras se ducha, se ríe, piensa, siente y duerme. Creo que hay algo de nuevo en decir que uno es una repetición. Sí, yo tampoco entiendo mucho, pero a veces es mejor así.

Me gusta las expresiones artísticas. Decirlo así me suena tan a nada... tan a persona que no tiene idea de lo que está hablando. Pero lo quiero decir así porque siento que eso último es verdad. Cuando digo que me gusta el arte, también quiero decir que no tengo idea qué es.

Bueno, el tema es que hace un rato estuve tocando guitarra y me gustó. Me sentí más liviano. Y ayer me sentí más pesado. A veces la toco y me siento rojo; otras veces la miro y me siento con sueño. Es eso algo parecido al arte? Quién sabe. Lo que está claro es que yo no sé. Pero eso -no saber- es siempre parte del juego.

Además de la música, estos últimos meses he descubierto la literatura. Me ha dado por leer, y con la Jose hemos compartido hartos libros, conversaciones, críticas, gustos... Hoy estuvimos releyendo Niebla. Y ahora tengo en mi escritorio de adolescente con conocimientos (es decir, un terrorista), una antología de cuentos hispanoamericanos que me leí pal colegio hace años y que con la Jose tamos redescubriendo. Estoy leyendo también los cuentos completos de Poe, y hace 4 días me terminé un cuento largo de Lovecraft, bien bueno. Todo ha sido de mi mayor gusto. Hace dos semanas me terminé Martín Fierro, y tengo en la mira al cuento Los Pájaros, del cual Hitchcock dirigió su famosa película (el Cine, otra de mis pasiones de las que no sé -y siento que nunca sabré- nada). La Jose me pasó uno de Dostoyevski... pero soy mañoso y cuando una redacción pierde el ritmo a causa de la traducción, no leo.

Me gusta la filosofía. Pero no demasiado. Me muevo en los bordes, recortando lo que me parezca interesante. Yo diría, más bien, que soy un ladrón de la filosofía: Cuando algún autor dice algo que se acomoda a como pienso, lo recorto. Es un acto muy irresponsable, pero estoy seguro de que siempre tengo la razón (quién no está seguro de que no la tiene!), así que creo que una persona tan razonable como yo puede -y hasta debe- darse esos lujos, en honor a las tripas que me lo piden.

Si hay que pensar sobre psicología, hay que decir que el Psicoanálisis es un refugio incómodo, y que obliga a pegarse cabezazos con las propias verdades bien a menudo, pero es -al fin y al cabo- un refugio, como traté de tejer más arriba. Yo creo que -además- me gusta porque no entindo lo que enuncia, no entiendo el objeto que trata de describir y transformar y tampoco entiendo al misterio que anuncia. Pero algo en mi pecho me dice que no entender es parte del juego. Podríamos decir, más bien, y completando el principio de este escrito, que si bien desconfío de la voluntad para restarme de la vida, sí confío en una cosa: en que el misterio que esa vida anuncia y encarna.

Tengo otros intereses: la historia, la antropología, la economía, la sociología. Todos se materializan en cosas más bien puntuales. Me dejan entender en qué mundo estoy, desde donde observo lo que ocurre todos los días en la calle y cuál es el favor que debo devolver a la sociedad por permitirme crecer en ella. Aquí, la pobreza juega un rol central. Entenderla es una bonita forma de mantenerme alejada de ella, pero también de acercarme de a poco. Hay que confesarlo: me da miedo. Pero eso es algo que hoy en día me permito.

De mis amigos, mi polola y mi familia, diré lo necesario, sabiendo que lo justo sería entregarles mucho más: Nunca podré pagar su cariño gratuito, ni sus sonrisas complensivas, ni sus secretas confianzas y sacrificios. Todo se acumula por todas partes, y va quedando esquinado iluminando todo el resto de lo que soy.

De mi Dios, sólo diré que me cambia la vida todos los días, sin que yo lo sepa. Todo esto que soy -que por ser yo una persona común, no es poco-, se lo debo a él y a las constantes semillas que ha puesto en mi camino en la forma de ojos y abrazos concretos. Tengo una vida llena de El, y todos los días deseo retornar el favor en la cotidianeidad de los demás.

posteado por Pato.M. @ 3:07 a. m., .


Reflexión al pasar

Estaba leyendo un documento sobre desafíos actuales de la Iglesia Católica, y en el análisis que hace el autor (P. Comblin) de la sociedad contemporánea y de la historia del cirstianismo, me encontré con lo siguiente:

En los orígenes el cristianismo ha sido así. Ha crecido a partir de gente muy sencilla y que no tenía un poder y no pensaban siquiera que podían tener ayuda de algún poder, gente tan sencilla. Pero la cosa ha crecido hasta que el emperador Constantino, 250 años más tarde, entonces, tuvo la idea genial de colocar esa Iglesia al servicio de su política. Y, entonces, no fue Constantino quien se convirtió al cristianismo -como se dice muchas veces en los libros de historia y de la Iglesia-. sino que es la Iglesia la que se convirtió a Constantino. Y que ofreció y aceptó lo que Constantino ofrecía como presencia y como dignidad dentro de la estructura del imperio. Ahí empezaron los problemas

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posteado por Pato.M. @ 1:48 a. m., .


Violencia Social en Facebook

Escribir esto es un acto de justicia.

Para ningún chileno es secreto que nuestra sociedad se caracteriza por ser discriminadora. Discriminamos todos lo que se distancia de un ideal estético, económico y racial de género. A la justamente denunciada discriminación hacia la mujer -una tragedia social que se repite, lamentablemente, en toda Latinoamérica- se suma toda la discriminación hacia las diferencias sociales, por un mecanismo según el cual todo lo distinto al sujeto o a su grupo de referencia debe ser ignorado, menospreciado o simplemente eliminado de la vida social, con el único objetivo de la validación personal o grupal. Pareciera ser que en nuestro país es un requisito ineludible el discriminar a los demás para participar de la vida social.

Los ricos discriminan la cultura y la forma de vida de los pobres. Los pobres discriminan -día a día- a los ricos, en la lógica de la venganza. Discriminamos todo tipo de características raciales que se distancian de lo que consideramos ideal, y las usamos para legitimar las prácticas culturales de nuestros grupos de referencia. Lo mismo ocurre con la edad: los niños se transforman en sujetos de intercambio parental ante crisis matrimoniales, los viejos se transforman en objetos de desecho social. Cabe considerar aquí el injusto y violento slogan de un reconocido asilo privado de ancianos en Ñuñoa: "Asilo XXX, donde da gusto visitar a los abuelos". Discriminamos a los demás por su objeto de atracción sexual, su patología mental o médica... Las carreras en las universidades se tiñen de discriminación de género, siendo objetos de discriminación los enfermeros, las ingenieras, los educadores de párvulo...

Lo más interesante y penoso de este fenómeno es que la discriminación rara vez opera por caminos visibles y brillantes. Más bien, opera por vías ocultas para los demás e incluso para el mismo sujeto que las protagoniza. Los chilenos hemos construído una cultura cuyo funcionamiento exige como requisito ineludible la discriminación en todos los niveles y en todas las direcciones. Presente en el funcionamiento mismo de nuestra vida social y económica, la discriminación se ha disfrazado de representación social, y se ha incluído en la manera común y corriente que tenemos de trabajar, hacer amigos, tomar desiciones, etc.

Esta discriminación tiñe la gran mayoría de nuestras relaciones sociales cotidianas. No sólo evitamos a las personas que son distintas a nuestra manera usual de vestir, pensar o hablar, sino que también les tememos, construyendo una serie de fantasías acerca de ciertas personas y grupos sociales.

De ahí a reaccionar con violencia hay sólo un paso. Y es que, en nuestro país, las diferencias culturales entre personas son de por sí motivo de violencia, implícita o explícita. Las diferencias sociales entre ricos y pobres se acentúan generando ambos grupos barreras sociales para su encuentro, barreras que no sólo son físicas (recordemos la gran pared que se levantó en huechuraba para separar a ricos y a pobres de esa comuna), ni también de violencia implícita, oculta y hasta aceptada en la cotidianeidad de cada grupo social.

Instauremos una espcie de principio: Excluir a alguien de la participación de una comunidad por razones ajenas a la actividad de dicha actividad es un acto de discriminación, y también de violencia. La exclusión no sólo niega el justo acceso de cualquier persona a cualquier práctica social pública, sino que también ejerce violencia hacia la persona o grupo excluído, apartándolo de la vida social, la cual es necesaria para el correcto desarrollo social de cada persona y grupode nuestro país. Hablamos de justicia social porque nos importa el desarrollo humano de nuestro país.

Ejemplos de esta violencia son múltiples. Esta oportunidad he querido hacer mención de 3 formas de discriminación existentes en la famosa "herramienta social" Facebook, que ha sido utilizada por algunos para extender la práctica social de la violencia y la exclusión hacia nuevos medios.

El primer ejemplo es el ya conocido grupo de personas que se dentifican con la frase "Pitéate un Flaite". Existe un grupo de Facebook integrado por más de 200 miembros, quienes siguen insistiendo en "eliminar a esta escoria del planeta... son una plaga como las palomas... todo por un futuro mejor para nuestros hijos.. y los hijos de nuestros hijos....". Recordemos que esta campaña nació en una radio nacional juvenil en la cotidianeidad del intercambio de opiniones entre radioescuches y locutores; sólo después se hizo exclícita, y es por eso que la vemos. Fue objeto de de una gran polémica en los medios de comunicación (menos mal), y se valoró la opción de acciones legales en contra de la radioemisora. Sin embargo, y apesar del revuelo hay quienes insisten en canalizar su miedo a la convivencia social mediante el ataque directo y discriminatorio hacia quienes son víctimas directas de un sistema social caracterizado por la exclusión.

El segundo ejemplo se construyen torno al conocido conflicto entre Chile y Bolivia sobre la soberanía marítima y la opción de salida económica al mar. Al margen de este conflcto, destacan comentarios hechos por chilenos y que se refieren al pueblo boliviano, teñidos de violencia y discriminación. Otra vez, en un grupo de Facebook: "MALPARIDOS BOLIVIANOS COMAN MIERDA INDIGENAS", o el sucinto "esos retrasados". Una miembra del grupo, después de insultar a los bolivianos, declara sin vergüenza:

BASTA DE DEJAR QUE LOS OTROS PAISES NOS PASEN A LLEVAR
NOS OFENDAN
NOS PERJUDIQUEN
El tercer ejemplo representa de mejor manera el aspecto implícito de la discriminación. ¿Habría usted pensado identificarse con un grupo de personas que dicen no usar la expresión "ganate ahí"? En el imaginario chileno, esa expresión, propia de nuestro barrios populares, evidencia para oídos "doctos" el origen social de las personas que la usan. El grupo, sin embargo, tiene el carácter de juego, de risotada, y no es difícil ponerse dentro de las filas del grupo. La descripción del grupo dice así:

Para todos los que les choca le gente que:
- Se gana por ahi.
- Se gana pa' la foto.
- Gánate aquí no más.
- Es que No me quiero Ganar allá.

¿Tendremos que usar como sinonimo "triunfar", "adjudicar"tambien?
Para que de una vez hablemos como la gente!!! Usemos bien nuestra lengua Castellana!!"
Los comentarios de los usuarios que se identifican con tal corrección al lenguaje versan, luego, sobre la RAE y el lenguaje correcto. Sin embargo, la foto alusiva al grupo es una de las imágenes aparecida en la ya citada campaña "Piteate un flaite".

Parece fácil estigmatizar a los que usan desviaciones del lenguaje propias de ciertos grupos sociales cuando las personas pertenecientes a esos grupos no tienen las posibilidades económicas ni sociales de acceder a Facebook (no tienen internet, y, aunque lo tuvieran, usar Facebook sería inútil porque sus amigos no tienen acceso a él). De hecho, en tono irónico, un miembro del grupo comenta:

oigan cauros, esta terrible de entretenido este space, hay que puro postear, y no oldiven de aplicar y agregarme a los favoritos, jej, recuerden que p hay que puro ganarse por este lado nu ma, ayer le mostre a mi papi esto del facebook, y lo encontro super bonito, lo vimos en el notebuk aprovechando el wai fai de la plaza, y nos comimos ahi unos huenos melones con harina pa pasar la calor, de hecho caian ya los jotes asados jeej

Para concluir me gustaría reafirmar lo que ya enuncié antes y prescribir una misión social de caracter personal: La discriminación que produce exclusión social es un acto de violencia en tanto no permite la participación de los discriminados en la vida social. Esta discriminación está más presente que nunca en la forma cotidiana que tenemos de hacer las cosas, y, por lo tanto, exige que estemos constantemente atentos a las formas de exclusión que con nuestras acciones de todos los estamos creando, manteniendo o legitimando.

posteado por Pato.M. @ 11:25 p. m., .


Verano 2008

Y bueno. Terminó mi estudio pal examen y terminó una etapa importante de la carrera. Al final, me fue bien -mejor de lo que pensé- y se han ido cerrando varias cosas. Es extraño iwal. Un entra a estudiar, se te llenan las pupilas y la cabeza de ideas nuevas, amigos, experiencias... y cuando ya te estás acostumbrando llega el Tiempo y te empieza a echar para afuera. Y empieza el adiós. Consistirá en eso crecer?.

Después del examen fui a Isla Negra, con el Benja -dueño de casa- y Arturo -dueño de la cocina-. Yo no sé si fui dueño de algo, pero puedo decir que hice usufructo desmedido de las propiedades de mis excelentes amigos. Estuvimos conversando, jugando y comiendo en la casa del Benja cerca de 7 días, y Arturo nos preparó la comida a todos cada vez que teníamos hambre. De hecho, una vez tuvimos que amarrarlo para que no cocinara. Y le pusimos cucharas de palo en la cabeza (yo tampoco sé para qué).

Esa casa - la de Isla Negra- tiene mucho de especial. El abuelo del Benja -Juan Enrique Araya- era escritor, y su casa está llena de cuadros, libros y sus apuntes. Es de piedra sólida, pero es cálida como no he conocido ninguna otra. Es para descansar, conversar, leer, compartir. Y eso hicimos. También bailamos una vez, con un CD de Buena Vista Social Club. Pero eso no se cuenta!
Algunas que he sacado otras veces, aquí.

Después de ir a Isla Negra, Benja nos lleó a su casa en el campo, cerca de Osorno. Junto al Toño y a Gonzalo nos la pasamos arriando vacas, andando a caballo, caminando por el bosque, cargando fardos. Fue choro, como siempre. Hubo tiempo para leer, pintar e ir a Frutillar a meterse en el lago. El Benja se pasó con las invitaciones este verano.

No tengo fotos porque no he revelado todavía.

Este verano ha sido un poco inusual. Parece que es mi último verano de más de 15 días. Algo me dice que el próximo verano mis vacaciones van a durar sólo eso, por la pega y otras cosas. Además, estuve casi siempre lejos de la Jose, que anduvo en la carretera austral.
Lo he disfrutado harto (al verano), y creo que he descansado todo lo que me merecía.

Pero no puedo djar de pensar que este último año de universidad que empieza en marzo va a ser bien importante. Me quedan sólo 5 ramos, y son como más enfocados en la profesión misma. Estan lejanos de lo teórico, que es esa casa donde a mi me gusta quedarme. El Tiempo te echa para afuera sin preguntar, y hay que hacer algo con eso. Veremos si me gusta la mención en Psicología Clínica, y qué tipo de pacientes me gustaría atender. Y quiero empezar a ver el tema de la práctica, para elegir una donde aprenda harto, y no necesariamente las que se ponen de moda. Y de ahí, el exámen de grado, oral, y buscar pega y todo eso. Y las posibilidades de seguir estudiando en algún magíster por ahí. No sé porqué, pero me encanta estudiar.

Bueno, en eso ando.

A, también llegó la Tere, que taba de intercambio en el país de las consonantes pronunciadas con tezón (Francia). Y justo ayer nos juntamos en Bellavista a conversar y quedé feliz porque ta más grande. Y porque a ratos se le ponían los ojos vidriosos, y taba contenta. Tenerla de welta la lleva.

Weno y pronto voi a ir a ver a la Jose, que no la veo hace como 3 semanas. Pero el cómo llegué ahí me lo guardo para ella. Me guardo muchas cosas para ella, y siempre vale la pena. No hay nada mejor que verla contenta.

posteado por Pato.M. @ 3:49 p. m., .