Conocimiento y pensar

Por estos días he andado pensando en muchas cosas.
Algo que me tiene ocupado es todo lo relacionado con mi salida de la licenciatura y con terminar los ramos en la U en general. Y bueno, la U en general.

Es curioso. Siempre me habían dicho que el sentimiento que podía traducirse como "he estudiado 5 años en la U y siento que no sé nada" y que se daba con frustraciones varias, era terrible. A mi hoy día me resulta cómodo. Es una inseguridad en la que se puede descansar. Voy a tratar de explicar esto.

¿Para qué va uno a la universidad?
Para aprender, para saber cosas. Algunos van porque quieren obtener conocimientos para convertirse en profesionales, se orientan a los hechos y a trabajo. Otros van para adquirir conocimiento e inflar su biblioteca, conocer autores, "saber más" en general. Y bueno, un buen grupo va por ambas cosas, creo yo. El tema es que la gente siempre va para adquirir conocimientos, sea para lo que sea que los use. Es decir, se acerca a la U, va a las clases, estudia, se esfuerza hasta tarde leyendo y todo eso que conocemos. Todo por obtener conocimientos.

Y nuestra sociedad valora eso. No lo valora tanto como otras cosas, pero sí es algo que se cotiza y que se puede certificar con títulos y comisiónes de acreditación universitaria. Y que en tu curriculum diga Magister UC y todos contentos. Y tenemos personas que acumulan títulos, y a veces varios.

Ese es el modelo de crecimiento intelectual en la realidad que a mi me ha tocado vivir. Pongamosle que es la de la mayoría de la gente en la UC. Es el modelo que se plantea frente a muchos otros, la mayoría cruzados por la farándula, la moda y esas cosas que todo el mundo conoce. Es el modelo imperante a la hora de acercarse al saber. Y con razón. Los académicos saben, y los profesionales aplican de manera efectiva sus conocimientos. Las TVs funcionan. Y de maravilla.

Pero, a mi todo esto me levanta sospechas. ¿Cómo tanto libro y tanto profesional con saber acumulado y tantos problemas por aquí y por allá? ¿Cómo tanta teoría y bocinazos en las calles al mismo tiempo?
Algo anda raro.

Y bueno. a propósito de haber pasado 5 años metido en salas de clases, estudiando mucho, y aguantando evaluaciones que dudo que midan lo que dicen medir -aprendizaje- (y eso, qué es?), me he puesto a pensar en el saber. El Saber como verbo que constituye autoridades, que ordena el tejido social, que promete soluciones y maravillas y que seduce.

El saber como la histeria moderna. Cómo eso que se muestra pero que no se tiene. Que se dice que se tiene pero que en el momento de los 'qué hubo' no opera con toda la grandiosidad que decía. O algo así. No sé como explicarlo bien.

Y su contraparte, por supuesto, el pensar, como modo de buscar el saber más que de encontrarlo y atesorarlo, encarcelarlo en un paper.

Por ejemplo, hoy día ví una noticia de una condenada a no se qué cosa por hacer no sé que otra. Pero era algo grave. Algo así como matar a otra persona. Y bueno, a esta condenada querían salvarla de la prisión con un diagnóstico psiquiátrico, que además de inexpugnable, da un susto de sólo escuchar cómo suena: Trastorno de personalidad histero-paranoide con rasgos narcisistas y síntomas disociativos crónicos. Y ahí estaba la foto de la señora, con su diagnóstico al aire, como si eso nos dijera algo más que "estoy loca".

Me puse a pensar en el profesional detrás de esa paciente y de ese diagnóstico. Ese profesional: ¿pensó? ¿Qué consecuencias tendrá para la vida cotidiana de la paciente el que le pusieran ese inmenso letrero en la frente que la gente lee como "escapese de mí, o me lo comeré vivo"? Y lo más curioso es que para poner ese tipo de calcamonías a las personas no hay que pensar demasiado ni ser inteligente, sólo hay que hacer lo que debe hacer un funcionario mediocre al cual le pagan mal: no pensar y aplicar el manual de psiquiatría. Y la bandera de los 5 años de Universidad que flamea orgullosa detrás de tanta injusticia.

Uno podría pensar que "no son los conocimientos los malos, sino que se usan mal". Puede ser. Pero el tema es el conocimiento mismo. Ese sello indeleble que cierra las preguntas, que tapa el sol con un dedo y que da la ilusión de ir avanzando.

Pero con el conocimiento el único avance al que aspiramos es a que el iPhone ahora baje canciones el doble de rápido.

No hay en el conocimiento nada del orden de la subjetividad y de la relación de la persona consigo mismo. El conocimiento no nos saca de nosotros mismos, sino que nos encierra en la hermosa celda de la certeza. Y esa certeza nos convierte en espectadores de la vida y del mundo, como si todo fuera una obra de teatro que nos emociona, pero en la qie no tenemos nada que ver. El conocimiento tiene ese efecto: cierra, termina, mata.

¿Por qué no ensayar una respuesta distinta a las necesidades del mundo que el conocimiento pretendió solucionar? Y, más en el punto: ¿Por qué no ensayar? No en el sentido de "probar", sino que explorar soluciones, darle una vuelta a los argumentos y a las técnicas. Pensar lo que se aplica sin más. Y, en el camino, pensarnos. Darnos esa pausa y hacer de nuestra vida una pausa prolongada, donde todo ocurra y se mueva much más que antes. Una pausa móvil, intranquila, que busca, y cuyos hallazgos no cierran, sino que siempre abren otras búsquedas, para abrirnos, para que la certeza se raje y sangre por todos lados.

El conocimiento y el pensar. Y la división del trabajo que en nuestra sociedad ha separado a ambas. Campos de especialización que han transformado en a los profesionales en técnicos y de excelente utilidad inútil. Y el psiquiatra que aplica su manual. Y mis 5 años de estafa -por fuerte que suene-.

Estafa, claro, creída y sostenida por mí desde un principio y aun ahora. Estafa histérica que nos deja a solas con miles de preguntas. Y el hombre, quién es? Para qué? Por qué?

posteado por Pato.M. @ 1:58 a. m., .